jueves, 31 de octubre de 2019

Leyendo en Montevideo




Cuaderno de viaje II (Miami)


Verde cocotero. Verde dólar. Verde el loro que es amigo de mi amigo, el que vende cocos al borde del océano. Verde esta plantita que huele bien y que no sé cómo se llama. Verdes tus ojos. Verde sin esperanza para el emigrante que se dejó rellenar de grasas saturadas y no puede avanzar ni parar. Verde y más que verde la bruma que no me deja ver la puesta de sol. Verdes las medusas, mis zapatos, el chaleco del poli que corre en bicicleta tras mi amigo que vende cocos ilegales a los turistas que visitan el océano. 
Oremos. 

El ilegal se escapa seguido por un poli en bicicleta. El poli pedalea seguido por un loro verde que vuela mientras chilla: "poli de mierda, no me vas a pillar". 
Verde, verde la bici del poli y mis zapatos, como he dicho. También tus ojos y la alfombra sobre la arena. Verde el jeep del hortera que luce rubia de bote con tetas de silicona embutidas con calzador en una camiseta verde decorada con la estampa de un billete verde militar. 
Verde, todo verde. 
Oremos.

Verde tu inteligencia muchachita que te vendes al precio de un billete verde que no lleva a donde tú podrías querer llegar si supieras lo que quieres. Verde... que no podrás madurar porque vives en una nevera soñando que en la nevera estás a salvo. 
Barre que te barre mientras puedas, esclavo de esta pesadilla verde. Ten fe y barre, ahora existes en mi Black Mirror en espera de entrar en mi muro. 
Oremos. 

Todos los hijos de la meretriz que nos parió. Oremos. Porque todos somos hijos de ella, sin remedio. 
Repartidores de la putez, la putada, la puta mierda que ya dejó de ser verde. 
Oremos. 

El poli es un pobre tipo que pedalea para comer. El loro no necesita pedalear. Mi amigo que vende cocos hace rodar los cocos por la arena y el poli pedalea en zigzag mientras el loro no sabe lo que dice y el esclavo no sabe que esta nevera dejará de enfriar en cuanto la desenchufe de mi muro.
Oremos.

Cuando viajo pongo los pies en modo flotante para atravesar las aguas verdes. Ahora estoy en modo flotante. 
Oremos.

Versos de luna roja



Lanzarme a tu cuello como una vampira

Abrirte desde el sur con el bisturí de mi lengua

Hecho chispas por las uñas. Por los dientes

Babearías rendido al son de mis vicios
coreografiado

por un poema

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