miércoles, 25 de noviembre de 2009

CONTORNO DE PECHO

Con sólo pulsar el teclado del ordenador consiguió ver en la pantalla su propia imagen retocada por un cirujano virtual que le auguraba un éxito proporcional a la medida de su contorno de pecho.
Se alteró observando aquellos globos turgentes que ocupaban el lugar de sus tristezas, pero pensó en el litigio. Aparecería luciendo tal escote que ni aquel cabrón, ni los abogados, ni el juez, podrían desatender su denuncia: “Traición a una promesa”. Por lo cual pedía que a su marido se le prohibiera volver a trabajar en la vendimia.
Que se le prohibiera a él, que le había jurado amor incondicional, pero vivía obsesionado con un canalón entre un par de tetas. A él que iba a recoger uvas para ponerse con las mujeres encorvadas, concibiendo posturas que nada tenían que ver con el amor. Que le había dado la dirección de aquella web, junto a un ultimátum: “Si no te pones el tamaño más grande, te dejo”.