martes, 5 de junio de 2012

día sesenta

.
y yo, a caballo. Campo, sol, y mar
mar azul y aire fresco, cálido
agua fresca, limpia
risa, Reír

y él, el que me ama y a quien yo amo, sonríe.
Es bello, entiende y sabe que existir es deslizarse
porque la lucha es ruina, finalmente.
Quien no respira al compás, en su estar y cambiar
tropieza con una roca.
Nada que ver, ni saber, adelante
la dura roca es siempre amargura. Pero él y yo, en bicicleta
recorremos el sendero juntos.
Porque sí, siempre estará conmigo.
Con sus sueños redondos como el mundo, con el mundo redondo entre sus manos
para mí
llenarme de risa

Y; sí, sí, sí
te amo, eres todo sólo porque eres tú
mío, a mi lado, conmigo; y te amo.

Yo-tú-nosotros
juntos en el espacio infinito de un soplo de risa,
de sol
un rayo
un paso
un pedal
y la risa adelante
aunque no se sepa quién, ni cuándo, ni por qué.