miércoles, 30 de octubre de 2013

Sobre mí

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Yo sigo al conejo blanco. También lo sigue Neo en Matrix, y Alicia en El país de las maravillas.
La verdad es que hay muchos seguidores del conejo blanco.
El conejo blanco me guía y prueba la seta por mí.
Al verlo yo sé -estoy entrenada, claro- cuál es el lado bueno de la seta y allí hinco el diente. 
A veces mastico hasta hartarme y esos son los días que llamo de lengua hechizada
Parloteo y grabo historias sobre el más allá de la seta. Las recibo invertidas y las enderezo sobre un folio blanco. Chistera de la que sale un nuevo conejo, también blanco. Y vuelta a empezar.
Como veis estoy atrapada en un círculo con dos orejas que me hacen la señal de volver, volvamos.
 
Comento esto para explicar que hoy, aburrida del vuelta y vuelta, tuve una inspiración. Enfrenté el conejo al agua de un estanque -espejo móvil-. Reflejado se mostró sutil. Más parecido a una mariposa que a un conejo.
Tal maravilla me maravilló. Estado que duró lo que duran los parpadeos.

Ahora busco contar historias con parpadeos, incluso guiños. Esas historias se disuelven apenas contadas, claro está, 
pero vuelan.

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