“Si no entiendes el dinero, tampoco entiendes el mundo".
Esto del mundo como un lugar peligroso donde siempre tienes que estar luchando, resulta agotador.
Vivimos en una interminable partida de ajedrez en la que el Rey "Tecno" se aferra a su Renta como en la Edad Media el Señor Feudal se aferraba a la suya, y me refiero al dinero en la nube, dinero que ha dejado fuera de juego al tan criticado capitalismo, cuyo beneficio (capital) provenía del trabajo productivo.
Agotador -repito-. Sin descanso. Ni de noche, ni de día.
Cada vez hay más vacío o, mejor expresado: hay más conciencia del vacío, conciencia de lo efímero que es todo.
No hay consuelo para la vida, en el más allá; y de este lado del espejo hemos explotado en estúpidos objetos de vidrio.
El agujero nos precede.
Somos los hijos malditos de la pobreza.
La demanda es la manifestación natural de nuestra falta.
La oferta cultiva su semilla envenenada en un suelo enloquecido, desprovisto de humanidad.
Espejos rotos y rojos.
Dagas que se traga la boca insaciable y voraz de la angustia, en su intención de seguir abriendo la herida de tu soledad.
jueves, 28 de noviembre de 2024
OFERTA Y DEMANDA
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